Eduardo Callaey
El último bastión
Y un día me di cuenta que todo aquel mundo en el que había crecido estaba sitiado. Que todo lo bueno, lo bello y lo sagrado se estaba apagando en medio del desinterés, la desidia, o simplemente la ausencia de sentido. Con el tiempo descubrí que había otros como yo y decidí resistir con ellos desde el último bastión.